26/2/13

Akainik

Hoy llega a mis ojos un poema de M. Benedetti: Arco iris. Lo leo y me encuentro en él:

A veces
por supuesto
usted sonríe
y no importa lo linda
o lo fea
lo vieja
o lo joven
lo mucho
o lo poco
que usted realmente
sea

sonríe
cual si fuese
una revelación
y su sonrisa anula
todas las anteriores
caducan al instante
sus rostros como máscaras
sus ojos duros
frágiles
como espejos en óvalo
su boca de morder
su mentón de capricho
sus pómulos fragantes
sus párpados
su miedo
sonríe
y usted nace
asume el mundo
mira
sin mirar
indefensa
desnuda
transparente
y a lo mejor
si la sonrisa viene
de muy
de muy adentro
usted puede llorar
sencillamente
sin desgarrarse
sin deseperarse
sin convocar la muerte
ni sentirse vacía
llorar
sólo llorar
entonces su sonrisa
si todavia existe
se vuelve un arco iris.




La primera vez que me llamaron Arco-iris fue exactamente el 14 de diciembre del 2009: "Como un “Akainik” llena de luz y de color. "

Carentes de ese "algo" nos aferramos, nos dejamos conquistar, nos enamoramos de lo que el otro cree ver en nosotros. Cierto o no. Nos aferramos a eso que creemos hermosas verdades porque en el momento de recibirlas, no las encontramos adentro.

Y me pregunto: ¿a mi qué rábanos me importa que creas que soy un arcoiris, o un saco de estiercol?

¿Por qué adoro los cumplidos y me duelen los insultos?

Hoy, cuando me dicen que soy la mujer mas dulce, brillante, etc... lo que quieras agregar... ya no se me pone la piel de gallina. Quizá porque llevo un par de años sintiendo eso en mi interior o quizá porque comienzo a distinguir cuando las palabras salen de la necesidad o del amor sincero.

Rock and roll baby!

1 comentario:

  1. A mí también me guatas los cumplidos ¡los adoro! Tanto que a veces no sé como recibirlos y me pongo un poco tonto ¡con un simple gracias o una sonrisa bastaría! Y al igual que vos me duelen los insultos tanto que no sé como recibirlos, me pongo un poco tonto ¡con un simple gracias o una sonrisa bastaría!

    La piel de gallina se me sigue poniendo cuando me dicen algo bonito sin importar quién me lo diga o su intención, soy como un perrito que le dan unas palmaditas en la frente y mueve la colita, como un niño que al recibir una palabra de aliento se derrite cual mantequilla y se infla como un globo hasta reventar.

    Con demasiada facilidad me emociono sin medir las intenciones de los elogios ni preguntar el nombre de quien vienen ¡Con demasiada facilidad me emociono! Y me dejo llorar a solas.


    Akainik:

    Te ponga la piel de gallina o no sos una mujer brillante, dulce, extraordinaria como nunca antes vi a ninguna otra.

    Lo anheles, lo necesites o ya lo hallas conseguido eso no cambia el hecho de que ahí donde estas llenas todo de alegría y belleza con tus risas.

    Y como bien dice entre líneas nuestro amigo Benedetti –a veces un arcoíris se aprecia en todo su esplendor después de la lluvia-

    Yo, te leo…Te leo en paz, te leo con amor, me refugio en tus palabras, medito en tus palabras, atreves de ellas me acerco a vos, te encuentro y me siento acompañado.

    Te leo hace mucho tiempo en silencio desde el anonimato y junto a vos crezco, aprendo pero sobre todo te siento.

    Gracias por todos estos años.


    Tango pebeta!!!

    Ninguna

    Esta puerta se abrió para tu paso.
    Este piano tembló con tu canción.
    Esta mesa, este espejo y estos cuadros
    guardan ecos del eco de tu voz.
    Es tan triste vivir entre recuerdos...
    Cansa tanto escuchar ese rumor
    de la lluvia sutil que llora el tiempo
    sobre aquello que quiso el corazón.

    No habrá ninguna igual, no habrá ninguna,
    ninguna con tu piel ni con tu voz.

    Tu piel, magnolia que mojó la luna.
    Tu voz, murmullo que entibió el amor…

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